El museo destina tres pisos a exposiciones sobre las grandes violaciones a los derechos humanos de la historia: el Holocausto, Ruanda, la ex Yugoeslavia, Camboya, Guatemala y Darfur entre otros. Un lugar jerarquizado corresponde a la realidad de México para terminar con espacios de reflexión sobre los derechos humanos, los estereotipos, la tolerancia, los prejuicios, el valor de las palabras, la diversidad y la discriminación. Tiene la virtud de llamar a las cosas con su nombre.