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Hace pocas horas visité el Liceo Nro.50, en el barrio Casabó, invitada por la Prof.Mónica Drafta. El bibliotecario, Mauricio, nos abrió la biblioteca y preparó un Power Point con paisajes de Kiyú. El tema de conversación: «Guidaí en la tierra sin tiempo». Esta vez, no sólo encontré lectores, escuchas y participantes. Encontré escritores. El grupo ha hecho un trabajo de investigación sobre leyendas existentes en el barrio. Pude escuchar una de ellas que me prometieron dejar publicar en este blog cuando esté terminada. La idea es elaborar su publicación también. Porque junto a Mónica y Mauricio, descubren que como escribía el poeta Blas de Otero y cantaba Paco Ibañez, ellos siempre tendrán la palabra.

En el principio

Si he perdido la vida, el tiempo, todo
lo que tiré, como un anillo, al agua,
si he perdido la voz en la maleza,
me queda la palabra.

Si he sufrido la sed, el hambre, todo
lo que era mío y resultó ser nada,
si he segado las sombras en silencio,
me queda la palabra.

Si abrí los labios para ver el rostro
puro y terrible de mi patria,
si abrí los labios hasta desgarrármelos,
me queda la palabra.

Blas de Otero

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